En 2012 con motivo de la conmemoración del 8 de marzo, tuve la oportunidad de escribir un artículo titulado “Homenaje a las Cigarreras”, al respecto quiero dar las gracias a las personas que por distintos medios me realizaron comentarios muy positivos sobre ese escrito. Curiosamente desde que lo estaba escribiendo sentía la necesidad de hacerlo más largo de lo que me había propuesto y evidentemente una vez concluido sentí el irresistible deseo de continuar recabando información sobre el tema.
Un año después pude volver a homenajear a las mujeres y hombres que en
momentos muy difíciles, combatieron contra la desigualdad social por cuestión
de sexo, como ya comenté el viernes pasado dentro del programa de Radio
Juventud “Deskarga Kanaria”, en el que mis amigos Andrés Sousa, Tony Quintana y
Pedro J. Brisson me dan una oportunidad semanal de compartir con ellos 2 horas
de buen y entretenido palique, mientras no me visite la inspiración necesaria
para escribir otro artículo más adecuado seguiré reiterando mi agradecimiento.
Empezamos destacando una persona especialmente importante en la lucha por
la igualdad, sin duda sería la persona que hizo que los problemas sociales, sobre todo en el ámbito laboral, salieran a la luz pública y se consideraran
unos de los peores males de nuestra sociedad de finales del siglo XIX y
principios del siglo XX, esta persona fue José Cabrera Díaz, primer presidente
de la Asociación Obrera de Canarias, tenemos que tener en cuenta que el hecho
que sea un hombre él que manifieste públicamente con más claridad la
desigualdad es debido fundamentalmente a que las mujeres no tenían acceso a los
medios para hacerlo público, ni siquiera a medios para organizarse en defensa
de sus derechos.
Algo empieza a cambiar, en Agosto de 1900, en ese mes se constituye la
Asociación Obrera de Canarias, alrededor de mil quinientas personas se reúnen
para reclamar los derechos de la clase trabajadora, ya eso en el tema
estrictamente laboral significaba un paso importantísimo para la clase obrera
canaria, pero además al elegirse en ese acto las comisiones organizadoras de
los gremios y la comisión Gestora de la Asociación se elige como miembro a
Tomasa Gutiérrez, en representación del gremio de cigarreros y cigarreras.
El papel de este gremio en la Asociación fue espectacular, entre muchos temas por la organización que llegó a tener y por los objetivos que consiguieron con su tenacidad. Antes de organizarse, la situación de estos trabajadores y trabajadoras presentaba unas pésimas condiciones, agravadas justo a finales del siglo XIX por la desaparición de alguna fabrica de importancia lo que conllevo a una bajada generalizada de salarios por el exceso de personas en este sector, por cada 100 cigarros elaborados se le pagaba 2.50 reales de vellón y posteriormente pasó a 2.00 reales de vellón por el mismo trabajo, esto sumado a una jornada de trabajo que ocupaba todo el día y que el trabajo era realizado en parte, por niñas desde muy corta edad, trajo consigo movilizaciones por parte de las personas del gremio, según algunos periódicos de la época, los capataces de las fabricas insultaban a las trabajadoras por el simple hecho de que siendo mujeres asistieran a reuniones, José Zamorano Villar dueño de una fabrica llegó a amenazar con traer 50 operarias de Sevilla para sustituir a las cigarreras canarias, hay que tener en cuenta que en todo este ambiente se nombra en abril de 1901 a Isabel Álvarez, a Balbina García y a Antonio Llombet como representantes y negociadores por parte del gremio, con lo que los que decían públicamente que las mujeres no podían asistir a reuniones, tuvieron entre otras cosas que negociar con una representación compuesta por 2 mujeres. Hay que decir que estas movilizaciones obtuvieron un resultado bastante positivo para lo esperado, la situación sin llegar a ser la idónea, mejoró en algunos aspectos.
En este punto me gustaría incorporar un texto publicado en "El Obrero" en el que las cigarreras inscritas en el gremio le comentan, en tono irónico, a sus compañeros de profesión sobre su respuestas a los excesos de los propietarios de las tabaquerias.
“Santa Cruz, 12 Agosto 1901.
Apreciable y leal compañero: En virtud de que Vd. siente un gran entusiasmo por los fines que persigue la Asociación Obrera, le suplican a Vd. un grupo de cigarreras que en vista de que los operarios de Juan Alonso, después de este haberlos insultado y tratado de ladrones, con toda su sangre fría han seguido trabajando en el taller de aquel, nos hará Vd. el favor de decirles a esos buenos compañeros que nos remitan los pantalones para nosotras mandarles nuestras enaguas, y así estarán en carácter.
VARIAS CIGARRERAS.”
Desde las páginas de “El Obrero” las muestras de entusiasmo por el
desarrollo que tomaba la Asociación en este sentido fueron bastante patentes,
así se celebró como una de los mayores triunfos de la Asociación las juntas
celebradas a principios de 1901, a las que aparte de un buen número de
trabajadores, asistieron más de cien trabajadoras, al respecto me parece
oportuno los siguientes fragmentos de un amplio artículo publicado el 13 de
abril de 1901, haciendo referencia a una de esas juntas, la situación de la mujer
en la sociedad de la época le da un valor extra a estas palabras.
Se ha venido siempre creyendo que la mujer dentro de la Asociación no
podría desempeñar a conciencia el puesto elevado que le corresponde, ni podría
cumplir la noble misión que se le encomienda como base fundamental de nuestra
regeneración. A pesar de ese pesimismo, confiadamente abrigamos desde los
primeros momentos la esperanza risueña de ver a las obreras interviniendo
directa y eficazmente en nuestros destinos y tomando parte activa en la
dirección de nuestro organismo social.
Y esta esperanza, que muchos creían irrealizable, y
nuestro ideal, que la mayoría ha considerado durante algún tiempo utópico, ha
podido demostrarse que no entran en el circulo amplísimo de las ilusiones, sino
que encajan perfectamente en la limitada esfera de nuestro organismo social.
….Abrió la sesión Cabrera Díaz, y ante una tan apiñada
concurrencia, ante tan considerable número de obreras, el citado compañero le
fue casi imposible – tal era la emoción que le embargaba – dirigir al gremio un
cariñoso saludo.
…. Muy pronto se extendió la noticia de aquel éxito, y
en todas partes se hicieron comentarios favorables y todos miran hoy con
crecientes simpatías la concurrencia del elemento femenino en nuestro seno.”
Queda mucho por hacer, pero debemos de reconocer que lo que se ha
conseguido tiene su valor porque precisamente no ha sido absolutamente fácil,
por eso reitero mi agradecimiento y mi homenaje.
Puedes leer el artículo de 2012 en: Homenaje a las cigarreras
jps, archipiélago canario a 8 de marzo de 2013 (modificado a 8 de marzo de 2021).