La actividad empresarial era desarrollada por la sociedad
mercantil Muñecas SOLNELI S.L., de la que eran socios Joaquín Márquez Ramírez,
su hijo Juan Márquez y Silvino Seva Rico. Su capital social inicial fue de
300.000 pesetas y fue creada en el año 1957.
Tanto el nombre de la empresa, como el de la muñeca que fabricaban,
derivaba del acrónimo del nombre de las hijas de los socios: Soledad y Nélida.
(SOLNELI).
La estructura de la muñeca era de cartón y se fabricaba en tres
tamaños diferentes.
La muñeca contaba con una articulación que hacía que caminara cuando se la llevaba de la mano, lo que hizo que fuera vendida en su momento como “la más perfecta de las muñecas andadoras”.
El personal que elaboraba las muñecas era, mayoritariamente, gente joven de La Isleta, de ambos sexos. La construcción se hacía en los tres pisos del edificio donde se encontraba la fábrica, estando cada uno de ellos dedicado a la realización de una parte del proceso de producción: En la azotea se realizaban los moldes, en el segundo piso la costura de los vestidos y ensamblaje y pintura de los moldes y en la planta baja el empaquetado.
Muy pronto, el juguete se convirtió en un objeto muy demandado por
los “cambulloneros” que las vendían en los barcos extranjeros que atracaban en
el Puerto de La Luz.
Sus creadores llegaron a patentar un sistema que permitía que la
muñeca emitiera sonidos a partir del movimiento que realizaba.
En el año 1964 la empresa se trasladó a la zona de Almatriche. En
su nueva ubicación se dedicó a otras actividades económicas, entrando en ese
momento las muñecas Solneli en la memoria colectiva del barrio de La Isleta.
